Cartago

El trabajo espiritual y social de Monseñor Alejandro

04 de Noviembre de 2020

A la par con la parte espiritual, el Obispo saliente de Cartago, monseñor Alejandro Castaño Arbeláez destacó el trabajo social que pudo realizar en favor de las comunidades menos favorecidas.

“Quizá eso es lo que más gozo le da a uno como obispo, saber que la iglesia se compromete con los pobres, construyendo casas, haciendo mejoramientos de vivienda y la celebración también de la nueva sede del banco de alimentos que era una ilusión cuando yo llegué aquí a Cartago: habiéndome imaginado como era el de Cali, donde trabajé los primeros 4 años de mi episcopado, todo ello lo hemos conseguido con la ayuda de la providencia y de la generosidad que no me cansaré de repetir, es inmensa en tantas personas del campo y la ciudad que han sostenido esta obra y que la providencia divina nos ha ayudado a aumentar”.

Destacó la labor de la Corporación Diocesana como un ejemplo de servicio a las familias más necesitadas.

“Monseñor Jairo Uribe es la conciencia social de esta iglesia diocesana, es el alma de nuestras obras, de la corporación diocesana que yo no conocía en su funcionamiento hasta cuando llegué aquí y he procurado ser muy cercano y muy obsecuente como parte de la junta directiva, de tal manera que los programas que allí se aprobaron se han cumplido“.

El aporte de Monseñor Alejandro a la Diócesis de Cartago

En estos diez años al frente de la Diócesis son muchos los aspectos positivos para destacar.

“Un clero comprometido en su mayoría, unos fieles que son también muy generosos, comprometidos con las iglesias, con las parroquias, varias parroquias han surgido del deseo del pueblo de Dios expresado a través de un sacerdote que asimila, que promueve y estimula al obispo para que cree parroquias, la última que se ha creado es la del divino niño en Zarzal, el día 21 de octubre” dijo monseñor Alejandro.

Lamentó que el mundo hoy viva una situación de caos mucho más profunda, por la pérdida de valores, que también afecta a la iglesia católica.

“Antes las comunidades compuestas por familias; pobres, modestas, pero llenas de una fe profunda, tenían como orgullo dedicar un sacerdote en la iglesia, un religioso o una religiosa, hoy no, por ese cambio de actitud y de valores que cada día es más profundo. Yo quisiera concluir con una frase del papa Francisco hace alrededor de un mes en una de las audiencias: Hoy se necesitan hombres y mujeres valientes capaces de decir eso está mal y no se debe hacer”

Como médico pediatra, el Obispo saliente pudo aportar mucho a la salud de los niños del norte del Valle.

“Yo hice medicina no para lucrarme sino para servir porque pensaba ser misionero en el África, el señor me llevo por otros caminos pero igual he podido hacerlo, en Casanare fui misionero y aquí pude ayudar a muchas personas. Yo hubiese querido que la despedida mía estuviese acompaña de niños y de padres de familia que pudieron ver la misericordia de Dios a través de mi servicio, no ha sido posible por razón de la pandemia y hubiera sido una fiesta muy bella, por supuesto mucho mejor que el Halloween al que ya se están acostumbrando todas las familias”.



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