Dentro de los retos que nos plantea la pandemia que estamos viviendo, no cabe duda que la virtualidad ha jugado un papel muy importante para continuar desarrollando muchas de las actividades.

Sin embargo en el campo de la educación, si bien la virtualidad ha servido para por lo menos no paralizar del todo las actividades, el largo periodo de aislamiento en las casas he generado una serie de afectaciones no solo en la salud mental de los niños, sino también en la parte física.

Esos fueron algunos de los argumentos que llevaron a que los colegios privados de Cartago, fueran autorizados a retornar gradualmente a la presencialidad a partir de esta semana, como lo explica el vocero de las instituciones educativas privadas de la ciudad.

“Se hizo el trabajo haciendo un análisis del estado de la educación pública y privada en Cartago, en este momento estamos haciendo unos pilotajes con la educación privada con el fin de que podamos generar unos procesos que le permitan a los niños regresar al colegio de manera progresiva, gradual y segura, esto es una propuesta que permite, si bien identificar las falencias que tienen los niños en cuanto a educación, nos permite también observar qué posibilidades tenemos para poder avanzar con ellos porque hay unas dificultades que están presentando en este momento por soledad, por angustia, por tristeza, entonces ha sido un trabajo bueno, ha sido un trabajo concienzudo”, dijo Carlos Humberto Pérez, Asociación Colegios Privados Cartago

Para el docente, por factores de conectividad y falta de preparación de alumnos y profesores, los contenidos educativos han tenido muy poco cumplimiento, con pérdida de calidad educativa.

“Al final del proceso las dificultades emocionales, cognitivas, espirituales y sociales que nos dejó la pandemia en cuanto al encierro, la soledad, el abandono, la imposibilidad de muchos niños conectarse y ese análisis lo hicimos no solamente con los niños del sector privado, con los que hacen parte de la familia del alma, sino también con los niños que pertenecen a otro tipo de instituciones públicas y los niños de las veredas”.

El aislamiento y la falta de contacto cercano con los compañeros de grupo, han dejado una serie de secuelas en los niños.

“Con una imposibilidad para resolver problemas simples, niños que se estresan por cosas elementales, por problemas muy básicos, niños incapaces de resolver conflictos internos, incapaces de comunicarse con otros niños, niños que no quieren salir de la casa, niños temerosos de hablar con los demás, niños que no quieren algo diferente a lo virtual, niños que ya no quieren leer, no quieren montar bicicleta, que no quieren salir a comer un helado, no quieren ir al cine, la virtualidad también está causando unos estragos enormes y las consecuencias de esos ya las estamos viendo”.

Pero no solo está afectada la salud mental de los menores, sino también la parte física.

“Y hemos descubierto que los niños han perdido la capacidad por ejemplo de agarrar una pelota en el aire, la capacidad de trotar rítmicamente, la capacidad de crear procesos o patrones rítmicos naturales o innatos, tienen que ser copiados o vistos en otro espacio, han perdido la lateralidad, han perdido la motricidad fina, la posibilidad de rayar, la posibilidad de escribir, han perdido la capacidad de entender o de analizar un texto, entonces estamos ante una situación tremenda donde los niños por los altos niveles de dopamina que genera la conexión constante en redes y en otras herramientas virtuales que ellos utilizan, está generando unos momentos de satisfacción muy rápidos que están impidiendo que los niños desarrollen toda esa emocionalidad y esa parte cerebral”.

A ello se suma también un hecho muy delicado: durante la pandemia han aumentado los casos de abuso sexual y maltrato hacia los niños.

“Estadística de abusos sexuales ha crecido en el Calle del Cauca si no estoy mal en un treinta y pico por ciento, niños que han sido violados, niños que han sido asesinados, entonces estamos muy pendientes del covid, pero por otro lado hay una cantidad de circunstancias y una cantidad de cosas reales y de problemas de salud y de problemas de convivencia que los niños se están viendo enfrentados”.

Para el educador, es necesario que se adelanten acciones de prevención y educación, tanto en la atención de la pandemia como en la salud integral de los estudiantes.

“Para que miremos realmente el panorama de salud, porque la salud no la componen solo unos elementos, sino que la prevención también es parte de la salud, estar pendiente a los niños también es parte de la salud y la educación nos permite como maestros estar muy pendiente de la salud mental y física de los niños”.