Niña de 12 años a punto de morir por negligencia de EPS

09 de Julio de 2016
Cuando doña Carmenza Álvarez Gil supo de la grave enfermedad que padecía su hija hace cerca de un año, jamás se imaginó que a la angustia que en sí le genera el estado de salud de la niña, tendría también que padecer la indolencia de su EPS, que la tiene hace dos meses esperando una remisión, según ella, la única alternativa para tratar de salvarle la vida. La triste historia de doña Carmenza, es otra muestra más de la mala atención que prestan las EPS en Colombia y que hoy tiene en peligro la vida de Johana Martínez Álvarez, una jovencita de 12 años a quien hace cerca de un año le diagnosticaron un tumor cerebral, que con el tiempo comenzó a afectarle la tiroides y que le viene generando un sobrepeso, que según le han dicho los médicos “Es lo que más les preocupa”. Lo más triste es que Johana se encuentra internada hace dos meses en la clínica San Marcel de Manizales, a la espera de una orden de remisión de su EPS al hospital San Vicente de Paúl de Medellín, donde debe someterse a un tratamiento urgente de radioterapia; Asmetsalud su EPS, aún no expide esa orden mientras que la salud de la niña se deteriora cada día más. Los días para doña Carmenza transcurren entre el dolor de ver a su hija enferma, la eterna espera por la remisión, el hambre y el frío que tiene que aguantar, pues llegó a Manizales desde el municipio de Viterbo donde residen, desplazados por la violencia tras afrontar la muerte de su esposo. “Lo que más me importa es la salud de mi niña, no entiendo por qué no la remiten antes de que sea demasiado tarde” dice. Entre tanto el tumor cerebral sigue creciendo, a pesar de las tres cirugías que en un año le han hecho, una de ellas para extraerle parte del mismo. En el caso de Johana no han valido las tutelas que han desobedecido, ni los derechos de petición que se han colocado; lo más reciente que le dijeron es que en el hospital de Medellín no hay cama disponible y que como alternativa la remitirían a Oncólogos de Occidente en la ciudad de Pereira, lo que no quiere doña Carmenza, pues de acuerdo con lo que le han manifestado los médicos, el único sitio que le garantizaría un buen tratamiento a su hija es en la ciudad de Medellín. Es comprensible la angustia de una madre que solicita atención inmediata para su hija; otra muestra sobre la realidad que afrontan los pacientes por la actitud irresponsable de las EPS, quienes están obligadas a atender a sus afiliados y proporcionarles los recursos humanos y físicos necesarios para su atención adecuada.


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