Preocupadas se manifestaron las autoridades de la salud del municipio de Alcalá, ante la situación que vienen atravesando los usuarios de la EPS Barrios Unidos, actualmente en liquidación, a quienes se les han suspendido sus tratamientos generando un gran riesgo para los pacientes.
A pesar de las gestiones realizadas ante la Superintendencia Nacional de Salud, y los gobiernos nacional y departamental, la situación sigue sin resolverse, mientras la salud de los pacientes se deteriora cada día más.
Son más de 8.400 usuarios de Alcalá los que están sin servicio de salud y que claman por una pronta solución.
En medio de la crisis, se destaca el hecho de que el Hospital local San Vicente de Paul sigue atendiendo a los usuarios de Barrios Unidos a pesar de la incertidumbre que hay sobre su futuro.