Kamala Harris logra revertir las encuestas y desestabiliza la campaña de Trump en menos de un mes

La campaña presidencial en Estados Unidos, que parecía predecible, se ha convertido en una de las más dinámicas e inciertas de los últimos tiempos. Tras la sorpresiva decisión del presidente Joe Biden de retirarse de la contienda por la reelección, la candidatura de Kamala Harris ha reconfigurado el panorama político en cuestión de semanas.

La irrupción de Kamala Harris

Con 81 años, Joe Biden decidió dar un paso al costado luego de un desempeño cuestionado en el primer debate contra Donald Trump a finales de junio. Esto abrió la puerta a la vicepresidenta Kamala Harris, quien rápidamente se posicionó como la candidata demócrata a la presidencia. El cambio de liderazgo ha inyectado optimismo en el Partido Demócrata, ya que Harris ha conseguido lo que muchos consideraban improbable: revertir la tendencia en las encuestas.

Según el promedio nacional de encuestas de FiveThirtyEight, Kamala Harris lidera con un 46,1% frente al 43,4% de su oponente republicano, el expresidente Donald Trump. Este cambio resulta significativo si se considera que, antes de la retirada de Biden el 21 de julio, los demócratas estaban 3,2 puntos por debajo de los republicanos.

Factores detrás del ascenso de Harris

Tres factores clave han sido determinantes en este vuelco electoral:

1. La figura de Kamala Harris como símbolo de diversidad y renovación

Kamala Harris ha emergido como una candidata que refleja la diversidad de Estados Unidos. Nacida en California de madre india y padre jamaicano, Harris ha sabido conectarse con una amplia gama de votantes, desde las comunidades afroamericanas hasta los sectores progresistas. Su experiencia como fiscal general de California y su juventud relativa comparada con Biden y Trump, han contribuido a neutralizar uno de los principales ataques republicanos: la edad avanzada de los candidatos demócratas.

2. La elección de Tim Walz como compañero de fórmula

La elección del gobernador de Minnesota, Tim Walz, ha fortalecido la candidatura de Harris, enviando un mensaje de estabilidad y experiencia. Walz, conocido por su popularidad entre los votantes de la clase trabajadora rural y por su experiencia legislativa, equilibra la fórmula demócrata tanto geográfica como racialmente. En contraste, la selección del senador JD Vance como compañero de fórmula de Trump ha generado controversia y, según algunas encuestas, ha afectado negativamente la imagen de la campaña republicana.

3. La cercanía y frescura de Harris en su campaña

El estilo fresco y cercano de Kamala Harris ha revitalizado la campaña demócrata. A diferencia del tono más sobrio y guionizado de Biden, Harris ha sabido conectar con los votantes de manera espontánea, centrando su mensaje en valores como la «libertad» en lugar de la «amenaza a la democracia», un cambio que ha resonado positivamente entre el electorado. Además, la estrategia de contraponer el binomio Trump-Vance como «raro» ha sido efectiva, reforzando la narrativa de que los demócratas representan la normalidad frente a la anomalía que encarnan sus rivales.

Desafíos y perspectivas

A pesar de este avance, la campaña demócrata mantiene la cautela. La elección se decidirá por un margen estrecho en unos pocos estados clave, y la experiencia de 2016, cuando Trump derrotó a Hillary Clinton a pesar de sus ventajas en las encuestas, aún pesa en la mente del equipo de Harris. Además, Harris deberá enfrentar desafíos como la inflación, los problemas migratorios y la guerra en Ucrania, temas en los que Biden era especialmente vulnerable.

En un panorama electoral tan dinámico, el futuro sigue siendo incierto, pero lo que es claro es que Kamala Harris ha conseguido, en tiempo récord, dar un giro a las encuestas y poner a la campaña demócrata en una posición competitiva para las elecciones del 5 de noviembre.

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