Las evidencias recopiladas por la Fiscalía General de la Nación permitieron la judicialización de César Orlando Estupiñán Estupiñán, presunto responsable de los delitos de secuestro agravado, tortura agravada, ocultamiento o destrucción de elemento material probatorio.
La investigación, adelantada por un fiscal de la Unidad de Vida de la Seccional Valle del Cauca, determinó que el procesado, como director de una fundación dedicada a la rehabilitación de personas con problemas de adicciones, sería quien impartía las órdenes para incurrir en tratos degradantes e inhumanos a los usuarios. Los hechos investigados ocurrieron entre octubre de 2023 y junio de 2024.
Las evidencias recaudadas demostrarían que el investigado habría ordenado torturar a varias personas que acudían en búsqueda de ayuda, unas veces por intentar fugarse del sitio y otras por incurrir en conductas consideradas contrarias a las normas del lugar.
Un juez con función de control de garantías le impuso medida de aseguramiento en la cárcel de Villahermosa.
Torturas y castigos
La Fiscalía cuenta con información según la cual, una usuaria que comentó con terceros los tratos crueles a los que eran sometidos, habría sido atada de pies y manos, y sometida a descargas eléctricas constantes. La víctima, se cree fue llevada al llamado “cuarto de castigo” o “cuarto de reflexión”; un lugar sin ventanas, sin baño, ni servicio de energía y con un balde para hacer las necesidades. Allí permanecían tres personas más, una de las cuales se presume asfixió a la mujer hasta causarle la muerte.
Estupiñán habría ordenado sacar el cadáver de la víctima del lugar, bañarlo, vestirlo y llevarlo al cuarto a ella asignado. Luego la trasladarían a un centro de salud donde se confirmó que llegó sin signos vitales.
Otros hechos atroces.
En otro hecho el director habría ordenado castigar a una mujer por apropiarse de los alimentos de otro usuario. La persona fue obligada a permanecer atada con cadenas en sus tobillos, y luego llevada al llamado “cuarto de castigo”.
Una tercera víctima sería un ciudadano quien reingresó al centro en contra de su voluntad y tras fugarse del lugar, varios empleados recibieron la orden de ir hasta su residencia, esposarlo y trasladarlo de nuevo a la fundación donde lo habrían recluido en el cuarto de castigo. Dos casos más implicarían a un menor de 17 años y un adulto quienes habrían intentado fugarse. Ellos fueron obligados a permanecer desnudos y a ser mojados con agua fría durante cada hora de la madrugada, además de ser golpeados con tablas.