Sale a la luz el testamento de Pablo Escobar: una mirada al pasado del narcotráfico en Colombia

Por primera vez, se conoce públicamente el contenido del testamento que redactó Pablo Emilio Escobar Gaviria en 1980, cuando aún era percibido por muchos como un empresario antioqueño con inclinaciones filantrópicas.

Más de tres décadas después de su muerte, la figura de Pablo Escobar continúa generando controversia y reflexión en Colombia. A pesar del tiempo transcurrido, el país no ha dejado de preguntarse qué ocurrió realmente con la fortuna del capo del Cartel de Medellín, quien llegó a ser incluido por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo.

Infobae Colombia tuvo acceso al documento que, según su hermana Alba Marina Escobar, fue escrito en momentos en que el narcotraficante temía por su vida. El testamento, elaborado en una notaría y firmado en plenas facultades mentales, revela cómo planeaba Escobar distribuir sus bienes entre sus seres más cercanos.

“Estoy casado en primeras y únicas nupcias con la señora Victoria Eugenia Henao de Escobar… en nuestro matrimonio se ha procreado un hijo de nombre Juan Pablo Escobar Henao”, se lee en el documento, que también menciona la intención de legar joyas y obras de arte a una posible hija que aún no había nacido —años más tarde, llegaría Manuela Escobar.

Alba Marina, quien ha sostenido ser la confidente de su hermano, asegura que el dinero terminó en manos de Victoria Henao, viuda del capo. «Ella dice que está aguantando hambre. Yo no sabía que el hambre engordaba», declaró irónicamente durante una entrevista con Semana.

El contenido del testamento también confirma que Escobar pretendía dejar una cuarta parte de sus bienes a sus padres y hermanos, y el resto a su esposa. La validez del documento ha sido corroborada por juristas consultados, quienes explican que cumple con todos los requisitos del Código Civil colombiano, como la presencia de un notario y testigos sin vínculos de consanguinidad.

Sin embargo, su muerte en 1993, casi una década después de redactar el testamento, y el uso de testaferros para ocultar propiedades, hacen que el destino final de la fortuna siga siendo incierto. “Ni un dólar. Escobar no manejaba dinero en efectivo”, afirma Alba Marina, quien también relata haber encontrado una de las caletas con 1.5 millones de dólares, los cuales —según dice— entregó a Victoria Henao.

Este documento, más allá de su contenido legal, representa un testimonio de la historia reciente del país. Es un reflejo del poder económico que llegó a tener Escobar y de cómo el narcotráfico trastocó la vida institucional, social y familiar de Colombia. La existencia de este testamento permite, al menos en parte, reconstruir el entramado de una de las épocas más oscuras del país y seguir explorando las consecuencias de esa violencia que aún deja huella en la memoria nacional.

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