
El teólogo moral Charles Camosy, profesor de bioética en la Universidad Católica de América y reconocido autor, conversa con la presentadora Catherine Hadro en «EWTN News In Depth» el 15 de agosto de 2025. | Crédito: EWTN News.
A medida que la inteligencia artificial (IA) se ha vuelto más común, un experto católico en bioética advierte sobre los peligros que plantea, diciendo que «no es demasiado tarde» para «volver a meter al genio en la lámpara» y evitar los peores efectos de la nueva tecnología.
El Papa León XIV ya advirtió que la IA podría tener efectos negativos en el desarrollo de los jóvenes y contribuir a una “pérdida del sentido de lo humano”.
“Tomó el nombre de León XIV para conectarse con León XIII, quien estaba lidiando con la revolución industrial de finales del siglo XX, que transformó totalmente la cultura”, dijo el teólogo moral Charles Camosy, profesor de bioética en la Universidad Católica de América y aclamado autor, a la presentadora de EWTN News In Depth, Catherine Hadro, este 15 de agosto.
“Estamos atravesando un cambio tecnológico similar que transformará por completo la cultura”, aseguró Camosy. “¿Cómo respondemos?”, cuestionó.
Camosy escribió recientemente un artículo para The Atlantic en el que argumentó que abordar la inteligencia artificial “podría ser el proyecto más ambicioso y duradero del legado del Papa León XIV”.
La IA “tendrá un impacto en casi todos los aspectos de nuestra cultura”, señaló Camosy, y agregó que “las personas a menudo no pueden notar la diferencia cuando hablan con un ser humano o un chatbot”.
«En la medida en que tengamos alguna confusión al respecto, eso es realmente muy preocupante, porque debemos aferrarnos a la idea de que somos fundamentalmente diferentes de un modelo de lenguaje grande», dijo.
“Somos carne y sangre hechos a imagen y semejanza de Dios, con un alma que refleja una relación que no podría darse en un chatbot”, indicó el experto.
Con una epidemia de soledad en curso , la gente ya es vulnerable, señaló.
Camosy comentó que si las personas viven en un mundo donde, “adictas a sus teléfonos inteligentes”, no pueden comunicarse auténticamente y carecen de amigos que puedan responder genuinamente, pueden volverse “vulnerables a un chatbot muy articulado”.
Dijo que los chatbots de IA no solo «aparecen para llenar el vacío, sino que lo hacen de maneras que al menos imitan la necesidad que todos tenemos de intimidad, de que alguien se preocupe por nosotros».
Es algo que la Iglesia ha estado abordando durante algún tiempo a través de grupos de trabajo sobre IA, señaló Camosy.
“Se podría argumentar que la Iglesia ha estado a la vanguardia de la cultura general sobre IA porque estos grupos han existido durante algunos años”, dijo.
Camosy se refirió al documento del Vaticano Antiqua et Nova: Nota sobre la relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humanacomo un recurso católico sobre IA.
“Sospecho, pero no lo sé con seguridad, que nuestro actual Santo Padre está al menos en las primeras etapas de preparar algo así”, continuó.
«No se trata sólo de IA», dijo, señalando que el debate sobre la IA se vincula con el «advenimiento del transhumanismo «.
El transhumanismo es un movimiento científico y cultural que propone la modificación de la biología humana a través de la tecnología, difuminando potencialmente las líneas entre lo artificial y lo real.
Nos encontramos en un momento cultural crucial, donde la segunda revolución industrial está a punto de ocurrir. Gracias a Dios tenemos a alguien como el Papa León XIII para guiar a la Iglesia en este proceso, dijo Camosy.
Señaló las grandes afirmaciones de que la IA eventualmente ayudará a los seres humanos a dejar de trabajar por completo. Pero el trabajo, señaló, es «una parte integral de la experiencia humana».
“Necesitamos protección para el trabajo. Necesitamos protección para los trabajadores”, dijo. “Aún no es tarde para volver a meter al genio en la lámpara. Tenemos que crear una cultura que adapte la IA al servicio de los seres humanos, no al revés”, agregó.