Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año nacen prematuramente 15 millones de bebés en el mundo, lo que representa aproximadamente 1 de cada 10 de todos los recién nacidos vivos.
● De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el Método Madre Canguro (MMC) puede reducir la mortalidad en un 36% en los bebés prematuros de bajo peso al nacer.
● El Hospital Infantil San Vicente Fundación ha atendido durante el 2024 más de 500 bebés prematuros de Antioquia y diferentes regiones del país a través de un equipo especializado de alta complejidad.
Antioquia, noviembre de 2024 – Cada 17 de noviembre, el mundo se une para crear conciencia sobre el Día Mundial del Bebé Prematuro, una fecha destinada a sensibilizar y educar sobre los desafíos y necesidades de los recién nacidos que llegan al mundo antes de tiempo. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año nacen 15 millones de bebés prematuros en todo el mundo. En Colombia, la realidad es similar, 10 de cada 100 bebés nacen anticipadamente, lo que plantea enormes retos médicos y emocionales para las familias, su entorno y el sistema de salud pública.
La prematuridad se clasifica en diferentes categorías según la edad gestacional al momento del nacimiento, lo que influye en el pronóstico y las necesidades de atención del recién nacido. Se considera extrema prematuridad a los nacidos antes de las 28 semanas de gestación, quienes presentan el mayor riesgo de complicaciones graves. Los bebés muy prematuros nacen entre las 28 y 32 semanas y requieren cuidados intensivos debido a su inmadurez. La categoría de pretérmino moderado incluye a aquellos nacidos entre las 32 y 34 semanas, mientras que los nacidos entre las 34 y 36 semanas y 6 días se consideran pretérmino tardío, un grupo que, aunque aún prematuro, generalmente enfrenta menos complicaciones que los casos más extremos.
“Los bebés prematuros, independientemente de su categoría, enfrentan una serie de complicaciones de salud graves debido a la inmadurez de sus órganos, como problemas respiratorios, infecciones, trastornos gastrointestinales y problemas de visión. Además, el riesgo de complicaciones neurológicas, como parálisis cerebral o retraso cognitivo, es más alto, lo que puede impactar su desarrollo a largo plazo. Es importante recordar que la prematuridad es una de las principales causas de mortalidad infantil antes de los cinco años. En el Día Mundial del Bebé Prematuro, desde el Hospital Infantil San Vicente Fundación, resaltamos la importancia del Método Madre Canguro, una intervención fundamental que, a través del contacto piel a piel, mejora la salud de estos bebés al fomentar una mejor alimentación y respiración adecuada, reducir la hipotermia, prevenir infecciones y fomentar una mejor alimentación, factores esenciales para su supervivencia y desarrollo integral”, comenta la doctora Isabel Valencia, neonatóloga del Hospital Infantil San Vicente Fundación.
El parto prematuro puede desencadenarse por diversas causas, algunas de las cuales son prevenibles o controlables. Entre las más comunes se encuentran ciertas infecciones, particularmente del líquido amniótico y del tracto genital inferior; los problemas en el cuello del útero, como la incompetencia cervical, que aumenta el riesgo de parto prematuro; y las enfermedades crónicas de la madre, como la diabetes y la hipertensión crónica o gestacional, que afectan la salud tanto de la madre como del bebé. Para reducir las probabilidades de un parto prematuro, las mujeres embarazadas deben recibir atención prenatal regular, mantener un estilo de vida saludable –incluyendo una dieta balanceada y ejercicio adecuado–, y evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas. Asimismo, es crucial que las mujeres con enfermedades crónicas controlen su salud bajo supervisión médica para minimizar los riesgos durante el embarazo.
“En el Hospital Infantil San Vicente Fundación comprendemos que la prematuridad es un desafío complejo que requiere un enfoque integral y multidisciplinario. Por eso, contamos con una unidad neonatal con equipos de alta tecnología, como soporte ventilatorio, terapia de nutrición parenteral y soporte ventilatorio avanzado, para garantizar que cada bebé reciba la mejor atención posible. Nuestro equipo, liderado por especialistas en neonatología y compuesto por alrededor de 27 especialistas y subespecialistas, trabaja de manera coordinada en una unidad que incluye 14 camas de UCI y 12 camas de cuidados intermedios, brindando atención integral y especializada. Además, con el fin de fortalecer el apoyo a las familias, nuestra unidad es abierta y no tiene horarios de visita, lo que permite que ambos padres puedan estar al lado de su bebé las 24 horas del día, acompañando el proceso de hospitalización y participando activamente en el cuidado y entrenamiento para el manejo adecuado del recién nacido. Asimismo, el programa de Madre Canguro es un pilar fundamental en el proceso de recuperación y desarrollo de nuestros pequeños, y también ofrecemos una sala de lactancia con acompañamiento para las madres. Para reforzar el apoyo emocional, permitimos que los abuelos visiten a los bebés los domingos. Esta combinación de tecnología avanzada, atención médica de calidad y apoyo familiar constante es crucial para mejorar la salud y el bienestar de nuestros bebés prematuros y sus familias”, expresó la doctora Isabel Valencia.
El nacimiento de un bebé prematuro no solo representa un desafío físico para el niño, sino que también tiene un profundo impacto emocional y psicológico en los padres. La ansiedad, depresión y el estrés derivados de la incertidumbre sobre la salud del bebé son comunes en estos casos. El Hospital Infantil San Vicente Fundación reconoce la importancia de brindar apoyo psicológico y emocional a las familias durante todo el proceso, ayudándolas a enfrentar las dificultades, tomar decisiones informadas y encontrar esperanza en medio de la incertidumbre. Así mismo, reafirma su papel como líder en la atención neonatal de alta complejidad, inspirando al sector y a la sociedad a valorar y proteger la vida desde sus etapas más vulnerables.