
En medio de un ambiente político polarizado y con la cuenta regresiva en marcha para el final del mandato de Gustavo Petro, instala el tercer periodo legislativo del actual gobierno. Con solo un año por delante, el Ejecutivo busca acelerar su agenda de transformaciones estructurales, entre ellas, una eventual consulta popular, la reforma a la salud y nuevas reglas para frenar el transfuguismo político.
Una de las propuestas más ambiciosas del presidente es la convocatoria a una consulta popular, una figura que permitiría al Gobierno someter directamente a votación del pueblo temas clave de su programa. Aunque aún no se ha precisado la pregunta ni el momento exacto, Petro ha planteado esta vía como una forma de “profundizar la democracia” y desbloquear las reformas que han encontrado trabas en el Congreso.
En paralelo, el Gobierno insiste en sacar adelante su reforma a la salud, a pesar de los reiterados rechazos legislativos. La nueva apuesta sería presentar una versión ajustada del proyecto, intentando consensuar con sectores moderados y evitar un nuevo hundimiento. Para el presidente, la transformación del sistema de salud es uno de los pilares de su legado.
Otro punto caliente será el debate sobre el transfuguismo político, fenómeno que ha alterado la conformación de las mayorías legislativas durante el cuatrienio. Se espera que se propongan reglas más estrictas para evitar que congresistas cambien de partido sin consecuencias, un tema que también impacta la legitimidad de los proyectos del Gobierno.
Este nuevo periodo se abre con una correlación de fuerzas incierta. Aunque el petrismo mantiene un núcleo leal, el desgaste del poder, los escándalos y la presión electoral hacia 2026 podrían convertir este año en una carrera contrarreloj para el Ejecutivo.
El Congreso, mientras tanto, se convierte en el principal escenario de disputa entre quienes quieren consolidar los cambios y quienes buscan frenar lo que consideran un rumbo equivocado para el país.