«Sin actas, no hay reconocimiento»: Canciller Murillo establece postura firme sobre Venezuela

El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, reafirmó la posición de su gobierno frente a la crisis política en Venezuela, dejando claro que, sin actas que certifiquen la transparencia de las elecciones recientes, no habrá reconocimiento oficial a Nicolás Maduro como presidente. En una entrevista concedida a El País América Colombia, el jefe de relaciones exteriores de Colombia enfatizo sobre la postura de su país en ese aspecto.

“Nuestra postura es clara, coherente y basada en la defensa de la democracia. Hemos dicho: no hubo actas, no hay reconocimiento. Así de sencillo. Respetamos la soberanía de Venezuela, pero las actas son fundamentales”, afirmó Murillo, subrayando la importancia de los procesos electorales justos y verificables en la respuesta. Respetamos la soberanía de Venezuela, pero las actas son fundamentales.”.

Un momento crítico para la democracia.

El pronunciamiento del canciller se produce en un contexto marcado por una creciente preocupación internacional frente a las elecciones en Venezuela. La falta de actas electorales, documentos esenciales para validar el resultado de los comicios, ha generado incertidumbre no solo en el país vecino, sino también entre los gobiernos de América.

Colombia, con una relación histórica bilateral compleja con Venezuela, se encuentra en una posición clave dentro del tablero diplomático regional. Las declaraciones de Murillo reflejan no solo la postura del gobierno de Gustavo Petro, sino también un llamado a los países de la región para que refuercen los principios.

“Esto no es una cuestión de intervención en asuntos internos, sino de coherencia con los valores democráticos que todos los países deben respetar”, explicó el canciller, haciendo eco de las preocupaciones de organismos internacionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la unión europea.

Reconocimiento del nuevo gobierno en enero: una decisión en s

Al ser consultado sobre cuál gobierno reconocerá Colombia el próximo 10 de enero, cuando está programada la posesión del nuevo mandatario venezolano, Murillo enfatizó que el reconocimiento dependerá de la existencia de evidencia documental que respalde los resultados. “Sin actas no hay reconocimiento. Esto no es necedad.

La ausencia de estas actas, que en otros procesos electorales constituyen un requisito básico, plantea preguntas sobre la legitimidad del proceso en el que Maduro afirma haber sido reelegido. La posición de Colombia, como uno de los países más influyentes en la región, podría marcar el rumbo de otros gobiernos latinoamericanos.

Reflexiones sobre tu futuro

En medio de estas declaraciones, el canciller Murillo también abordó temas relacionados con su futuro político y su permanencia en el gobierno. Reconoció que su tiempo en la Cancillería podría estar llegando a su fin, según lo planeado con su familia, aunque dejó abierta la posibilidad de seguir sirviéndole al país.

“Con mi familia hablamos de que serán dos años; ya va corriendo el tercero. Este será un tiempo para reflexionar, pero queremos seguir trabajando por el país, desde donde toque trabajar”, ​​expresó, sin confirmar fecha de retiro.

El canciller, conocido por su enfoque conciliador y su habilidad para abordar temas complejos, también destacó la importancia de mantener el diálogo diplomático como herramienta principal.

Custodia de la embajada de Argentina: un gesto de liderazgo

Otro punto clave de la entrevista fue la discusión sobre la embajada de Argentina en Caracas, actualmente sin representación activa debido a las tensiones entre Buenos Aires y el régimen de Nicolás Maduro. Murillo indicó que Colombia ha ofrecido, en varias ocasiones, asumir la custodia diplomática de la embajada como un acto de solidaridad.

“Siempre hemos estado dispuestos. Consideramos que estas diferencias no deben llevar a una ruptura de relaciones, porque en la comunidad latinoamericana tenemos que encontrar la manera de convivir y solucionar nuestras diferencias a través de los canales diplomáticos”,

Este gesto refuerza el liderazgo que Colombia busca asumir en América Latina, posicionándose como un mediador en medio de las tensiones que afectan a las regiones.

Contexto histórico y el desafío

La relación entre Colombia y Venezuela ha estado históricamente marcada por tensiones políticas, económicas y sociales. Desde el cierre de fronteras hasta la crisis migratoria que ha afectado a millones de venezolanos, ambos países comparten un vínculo complejo que ha requerido constante encuentros bilaterales.

La actual posición del gobierno de Gustavo Petro, que inicialmente buscó reconstruir relaciones con Caracas, se enfrenta ahora al desafío de equilibrar la defensa de la democracia con el respeto a la soberanía. Esta situación no solo prueba la capacidad de Colombia para liderar en la región, sino también su compromiso con los principios fundamentales.

Con la mirada puesta en enero de 2025, la decisión de Colombia podría sentar un precedente importante en la política exterior latinoamericana y de la manera en que los países de la región responden a procesos electorales cuestionados.

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