El presidente electo Donald Trump adelantó una serie de propuestas radicales para su mandato, que comenzará el 20 de enero. Entre ellas, se incluyen indultos para quienes fueron condenados por el ataque al Capitolio de Estados Unidos, así como la intención de encontrar una solución legislativa para los «dreamers», aquellos inmigrantes que llegaron al país de manera ilegal.
En una entrevista con Kristen Welker, moderadora de ‘Meet the Press’ de NBC News, Trump dijo que planea deportar a millones de inmigrantes indocumentados y que tratará de acabar con la ciudadanía por derecho de nacimiento.
Deportaciones masivas, incluyendo a familias con estatus migratorio mixto
Sobre inmigración, que fue el eje central de la campaña de Trump, ratificó que llevará a cabo la deportación de quienes viven en el país ilegalmente, empezando por criminales convictos, según sus declaraciones.
“Nos están costando una fortuna. Empezaremos con los criminales, y luego seguiremos con los demás. No hay otra opción», afirmó. Aunque reconoció que la tarea es difícil, subrayó que es necesario hacerla cumplir: «Hay que tener reglas, regulaciones, leyes. Entraron ilegalmente”.
Trump abre la puerta a una solución para los dreamers
En un cambio notable respecto a su postura anterior, Trump indicó que estaría dispuesto a colaborar con los demócratas para encontrar una solución legislativa que permita a los dreamers permanecer en el país de manera legal. Este grupo, compuesto por personas que fueron traídas a Estados Unidos cuando eran niños, han estado bajo protección temporal, pero sin una solución definitiva. A pesar de los esfuerzos bipartidistas previos que han sido bloqueados por los republicanos, Trump señaló que se comprometería a estudiar todas las iniciativas, algunas bipartidistas, que se han presentado para solucionar el problema
¿Fin de la ciudadanía por nacimiento?
Uno de los temas más controvertidos de la entrevista fue la promesa de Trump de eliminar la ciudadanía por nacimiento, un derecho constitucional que garantiza la ciudadanía a cualquier persona nacida en suelo estadounidense, independientemente del estatus migratorio de sus padres.
Trump expresó su firme intención de poner fin a este derecho, al declarar: «Tenemos que terminar con esto». Aunque indicó que modificaría la Constitución si fuera necesario, la realidad es buscar derogar una enmienda requiere la aprobación de dos tercios del Congreso y la ratificación de lo posterior en los estados, algo que, con casi total seguridad no se logrará.
Otra opción que Trump mencionó sería emitir una resolución ejecutiva, lo que probablemente generaría una batalla legal y podría llevar el caso hasta la Corte Suprema, que ha respaldado consistentemente que interprete la aplicación de la enmienda, aunque por más de un siglo el alto tribunal ha ratificado la actual lectura que concede ciudadanía por el hecho de nacer en territorio estadounidense.