
Colombia fue aceptada oficialmente como miembro del Nuevo Banco de Desarrollo, la entidad financiera creada por el bloque BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
La canciller Laura Sarabia confirmó la noticia este jueves, destacando que esta adhesión “trasciende lo financiero y amplía nuestro horizonte”. El ingreso se dio tras la solicitud presentada por el presidente Gustavo Petro durante su visita a China en mayo, en una reunión con la actual presidenta del banco, Dilma Rousseff, expresidenta de Brasil.

Durante esa misma visita, Colombia también firmó un memorando de entendimiento para hacer parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, conocida como la nueva Ruta de la Seda.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas, fue el encargado de firmar la carta de intención, en la que Colombia manifiesta su interés de convertirse en miembro prestatario del banco. Esto permitiría acceder a créditos para proyectos de infraestructura, salud, energías limpias y desarrollo sostenible.
En términos financieros, el país se comprometería a suscribir 5.125 acciones del banco, equivalentes a 512,5 millones de dólares, de los cuales 102,5 millones serían capital pagado y 410 millones capital exigible. El primer desembolso deberá hacerse dentro de los seis meses posteriores a la firma del acuerdo.
📌 ¿Colombia se une al bloque BRICS?
Aunque este ingreso al banco representa un acercamiento, no significa que Colombia pase a ser miembro pleno del bloque BRICS. Según el viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir, no hay una candidatura formal en curso, pero se trata de una opción que el Gobierno estaría estudiando.
Por ahora, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, invitó a Gustavo Petro a participar como observador en la próxima cumbre del grupo, que se llevará a cabo en julio en territorio brasileño.
🧭 Un paso que marca rumbo
La entrada al Banco de Desarrollo de los BRICS representa para Colombia un giro estratégico en su política internacional. En un mundo cada vez más multipolar, esta decisión podría abrir nuevas vías de cooperación y financiamiento que complementen —y en algunos casos desafíen— los esquemas tradicionales del FMI y el Banco Mundial. A largo plazo, esta movida puede fortalecer la autonomía económica del país frente a crisis globales, al tiempo que lo inserta en un escenario geopolítico que está en plena transformación.