Las primeras proyecciones indican una sorprendente victoria de la coalición de izquierda en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias de Francia. Los resultados preliminares sugieren que los franceses han frenado al partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), liderado por Marine Le Pen, después de que este se situara a las puertas del poder en la primera vuelta.
Los principales sondeos sitúan a la alianza de izquierdas, el Nuevo Frente Popular (NFP), como claro triunfador, aunque ningún grupo tendría la mayoría en el Legislativo. La alianza centrista del actual presidente, Emmanuel Macron, quedaría en segundo lugar, y la extrema derecha en tercero, por número de diputados.
Esta fue la segunda vuelta de unas elecciones parlamentarias anticipadas que Macron convocó repentinamente hace un mes. Después de que la Agrupación Nacional obtuviera buenos resultados en la primera vuelta, los candidatos de izquierda o de centro en muchos lugares se retiraron de la contienda, una estrategia para permitir que los votos anti-RN se concentraran en un solo contendiente y que, si se confirman los sondeos, habría resultado ser un éxito.
Formación del Nuevo Frente Popular
El Nuevo Frente Popular es una alianza de socialistas, ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa que se formó después de que el presidente Macron convocara elecciones parlamentarias anticipadas el 9 de junio. Estos partidos, que previamente se han criticado entre sí y tienen diferencias clave en su ideología y enfoque, decidieron formar un bloque para mantener a la extrema derecha fuera del gobierno.
El NFP ha prometido derogar las reformas de pensiones e inmigración aprobadas por el gobierno actual, crear una agencia de rescate para inmigrantes indocumentados y facilitar las solicitudes de visa. También quieren poner límites al precio de productos básicos para combatir la crisis del costo de vida y aumentar el salario mínimo.
Sin embargo, al no haber una mayoría absoluta en el Parlamento, todavía no está claro quién gobernará. Mucho dependerá del equilibrio de poder dentro del NFP. Sus grupos constituyentes van desde socialdemócratas hasta anticapitalistas incondicionales. Algunos socialistas moderados podrían verse tentados a separarse y unirse al grupo de Macron para formar un gobierno de centro izquierda. Si no se puede improvisar una mayoría funcional, el presidente Macron podría pedirle al partido más grande que encabece un gobierno minoritario o nombrar un gobierno tecnocrático, aunque es poco probable que este último dure mucho tiempo.
Reacciones
Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa y de mayor peso en la coalición de izquierda ganadora, reaccionó instando al presidente Macron a «admitir su derrota». «La extrema derecha está lejos de una mayoría esta noche… El resultado de la elección es fruto de un extraordinario esfuerzo movilizador», manifestó Mélenchon. Macron, por su parte, «está analizando los resultados», según se precisó en un comunicado de la presidencia, y no se espera que se pronuncie en la noche del domingo.
El actual primer ministro, Gabriel Attal, anunció que, dado que la coalición de gobierno no logró una mayoría, presentará su renuncia este mismo lunes.
«Una alianza deshonesta»
El partido de Marine Le Pen tampoco tardó en responder a las primeras proyecciones. «Nuestra victoria solo se ha visto postergada», dijo la líder de la extrema derecha francesa, asegurando que ve las «semillas de la victoria de mañana en el resultado de hoy». Le Pen, que se ha presentado a la presidencia tres veces sin ganarla, consideró que la situación del presidente Macron es insostenible.
Su delfín político, el joven Jordan Bardella, que esperaba convertirse en el nuevo primer ministro de Francia, criticó «la alianza deshonesta» de la izquierda que «privó a los franceses» de una victoria de RN. «Esta noche, estas alianzas lanzaron a Francia a los brazos de la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon», añadió.
Análisis: Los franceses le dicen no a la extrema derecha… otra vez
Hugh Schofield desde París analiza: Los franceses han vuelto a dejar claro que no quieren a la extrema derecha en el poder. Le dieron una gran victoria en las elecciones europeas y otro gran triunfo en la primera vuelta de estas elecciones parlamentarias. Pero cuando llegó el voto que realmente contaba, dieron marcha atrás.
Este sorprendente vuelco que ha llevado a Agrupación Nacional (RN) al tercer puesto -con quizá 150 asientos comparados con las predicciones de hace una semana de casi 300- se debe completamente al gran número de votantes que han salido para pararles. RN argumentará -con algo de razón- que esto solo fue posible porque los otros partidos se unieron para engañar al sistema. Destacan que partidos muy dispares de la izquierda de repente se olvidaron de sus diferencias para formar una coalición anti-RN; y que los seguidores de Macron y la izquierda también olvidaron las suyas.
También señalan que nada une a estos políticos como su oposición al RN. Y que esa falta de acuerdo es un mal augurio para el futuro. Pero los hechos son los hechos. La mayoría de personas no quieren a la extrema derecha; ya sea porque se oponen a sus ideas o porque temen la inestabilidad que traería si llega al poder.