
Hace casi 6 años, la subteniente Mabel Andrea Abella González, residente de proyectos en vías terciarias del Batallón de Ingenieros de Combate N.°8, tomó la decisión de dejar atrás los tacones y la comodidad de su hogar, para formarse como oficial del Ejército Nacional.
“Siempre quise pertenecer al Ejército Nacional y hoy, estoy cumpliendo un sueño. Aunque mi familia no estaba de acuerdo, porque no conocían el mundo militar, porque soy la primera en pertenecer a la Institución, pero poco a poco se fueron adaptando y aceptando que yo sería oficial con mando de tropa.”
Ya ha pasado por dos unidades militares, desempeñándose como oficial del arma de ingenieros militares en sus diferentes especialidades y desde hace un año, el departamento del Quindío le dio la bienvenida y desde entonces, junto a sus soldados trabaja por el progreso de los habitantes de la región.
Actualmente, es la comandante del frente de obra en el corregimiento de El Caimo de la ciudad de Armenia, Quindío y allí junto a 6 soldados profesionales, operadores de maquinaria pesada se encarga de realizar cunetas y obras de arte en el mantenimiento de esta vía terciaria.
Su día inicia a las 6 am en su improvisada habitación de 2 metros cuadrados, que en el Ejército Nacional se conoce como “cambuche” y está ubicada cerca de la obra; allí, esta joven oficial pernocta, descansa todas las noches y en el reducido espacio, tiene sus prendas militares y todo lo necesario para su bienestar como soldado.
En cuanto está lista, ella y su personal, se dirigen al rancho para consumir sus alimentos y posteriormente, realiza una formación militar con las tropas, con el propósito de impartir órdenes e instrucciones para la jornada de trabajo.
La oficial mientras dirige el trabajo de los ingenieros militares y reporta al comando superior los avances de la obra, da a conocer su experiencia como comandante: “por parte de los soldados tengo el respaldo y al ser antiguos cuento con su experiencia y estoy presta a escuchar sus recomendaciones y aprender de su conocimiento.”
Así mismo, el soldado profesional César Augusto Salgado Isaza, que desde hace 19 años hace parte del Ejército Nacional, afirma que es la primera vez que su labor es conducida por una comandante mujer y al mismo tiempo señala: “mi teniente es una mujer con muchas capacidades, respetuosa de los soldados y muy buena líder.”
De igual manera, la oficial señala que el ejercicio del mando no discrimina que sea exclusivo para un género: “cada uno tenemos un estilo, independiente de que sea hombre o mujer, todos estamos en la capacidad de liderar a los hombres y mujeres del Ejército Nacional para cumplir con las misiones encomendadas por el comando superior.”
La subteniente Mabel Abella, tiene un propósito profesional claro de continuar trabajando por Colombia desde el arma de los ingenieros, construyendo obras en favor de las poblaciones vulnerables del país, y adquiriendo a lo largo de su carrera conocimientos que le permitan alcanzar nuevos grados dentro de la institución.
Su decisión de vida ha sido gratificante y por ello envía un mensaje a las mujeres colombianas: “quiero invitar a todas las jóvenes del país para que hagan parte del Ejército Nacional, esta es una carrera muy bonita, que demanda entrega pero al mismo es tiempo es muy valioso sentir el apoyo permanente de los colombianos a la institución.”