
Celebrado en todo Estados Unidos desde la década de 1980, el Mes de la Historia de la Mujer nació de la presión feminista por la igualdad de acceso al empleo y a la educación, una de las principales reivindicaciones de la marcha de la Huelga por la Igualdad que llenó las calles de Nueva York hasta los topes el 26 de agosto de 1970.Fotografía de Fred W. McDarrah, MUUS Collection/ Getty Images
Cada mes de marzo, se conmemora en Estados Unidos el Mes de la Historia de la Mujer, una iniciativa que busca reconocer las contribuciones de las mujeres a lo largo de la historia. Este homenaje surgió en la década de 1970 como respuesta a la exclusión sistemática de las mujeres en los relatos históricos tradicionales.
El movimiento feminista, en su lucha por la igualdad en el empleo y la educación, impulsó esta conmemoración tras la Huelga por la Igualdad del 26 de agosto de 1970 en Nueva York. Con el tiempo, la celebración evolucionó hasta convertirse en una efeméride nacional en la década de 1980.
La historia de la mujer como disciplina académica
Durante siglos, los libros de historia excluyeron en gran medida a las mujeres, a excepción de figuras de poder como reinas o nobles. Los primeros relatos históricos, escritos en su mayoría por hombres, seguían la teoría del «gran hombre», que destacaba a líderes masculinos como protagonistas del devenir histórico.
Esta narrativa comenzó a cambiar en el siglo XX con la aparición de la historia de la mujer como disciplina académica. Historiadoras feministas como Mary Beard y Eleanor Flexner abrieron camino con investigaciones sobre el papel de las mujeres en la sociedad y la política. Una de las figuras clave de este cambio fue Gerda Lerner, quien en la década de 1960 impulsó la enseñanza de la historia de la mujer en instituciones académicas.
El nacimiento de la Semana de la Historia de la Mujer
En 1978, la educadora Molly Murphy MacGregor organizó la primera Semana de la Historia de la Mujer en el condado de Sonoma, California. Su objetivo era visibilizar el papel de las mujeres en la historia y corregir la falta de material educativo sobre el tema. La iniciativa, que coincidió con el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, tuvo un gran impacto y despertó el interés de la comunidad educativa a nivel nacional.
Reconocimiento oficial y expansión de la conmemoración

El presidente Jimmy Carter firma una proclamación que declara la semana del 2 de marzo de 1980 como la Semana Nacional de la Historia de la Mujer. Sentadas a su derecha están Jane Pratt y Gloria Johnson, representantes de grupos nacionales de mujeres que abogaron por la conmemoración. Fotografía de Barry Thumma, Associated Press
El esfuerzo por dar reconocimiento oficial a la historia de las mujeres dio frutos en 1980, cuando el presidente Jimmy Carter proclamó la primera Semana Nacional de la Historia de la Mujer. Posteriormente, en 1987, el Congreso de Estados Unidos amplió la celebración a todo el mes de marzo.
Desde entonces, el Mes de la Historia de la Mujer ha servido para promover el estudio de las contribuciones de las mujeres en la política, la ciencia, el arte y otros campos. En 1999, una comisión nacional recomendó iniciativas para visibilizar a las «mujeres ocultas» en museos y archivos, ampliando así la investigación sobre figuras femeninas históricamente marginadas.

Tras crear la primera Semana de la Historia de la Mujer, la Alianza Nacional para la Historia de la Mujer presionó al Congreso para que reconociera marzo como el Mes de la Historia de la Mujer. Fundadoras (de derecha a izquierda): Molly Murphy MacGregor, Paula Hammett, Mary Ruthsdotter, María Cuevas y Bette Morgan. Fotografía de Courtesy of the National Women’s History Month Alliance
El reto de seguir avanzando
A pesar de los avances, aún queda trabajo por hacer. Un estudio del Museo Nacional de Historia de las Mujeres en 2017 reveló que muchos programas educativos todavía enfatizan los roles domésticos de las mujeres, dejando de lado su impacto en la historia.
El Mes de la Historia de la Mujer es un recordatorio de la persistencia y creatividad de las mujeres que han luchado por su reconocimiento. Como afirmó MacGregor, una de sus impulsoras: «Nos enfrentamos a un desafío, pero la verdadera historia es cómo decidimos afrontarlo».