En una controvertida declaración, el presidente Donald Trump reiteró su compromiso de campaña al anunciar que utilizará a las Fuerzas Armadas para llevar a cabo deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. El mandatario también planea invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1978, una normativa histórica empleada únicamente en tiempos de guerra, que permite la expulsión de extranjeros sin el debido proceso legal.
Trump señaló que declarará emergencia nacional para respaldar esta medida, asegurando que deportará a más inmigrantes indocumentados que cualquier otro presidente en la historia del país. Aunque no ha revelado detalles logísticos de cómo implementará este plan, su administración calcula que podría impactar a entre 15 y 20 millones de personas, incluyendo a aproximadamente 1,5 millones de trabajadores indocumentados empleados en la industria de la construcción, donde representan el 13%. de la fuerza laboral, según estimaciones registradas por una encuentadora.
La propuesta ha generado fuertes reacciones tanto en apoyo como en rechazo, con sectores políticos y sociales cuestionando las implicaciones legales, humanitarias y económicas de estas acciones. La comunidad internacional también espera con atención este posible giro en la política migratoria estadounidense.