El Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha defendido las proyecciones del Presupuesto General de la Nación para 2025, enfatizando que las cuentas están ajustadas a la realidad económica del país. En una columna publicada este lunes, Bonilla subrayó que el presupuesto no implica un gasto excesivo, sino que responde a compromisos adquiridos durante la pandemia.
Debates clave en el Congreso
Esta semana se anticipan intensas discusiones sobre el Presupuesto General de la Nación, con el Congreso debatiendo las proyecciones fiscales del gobierno. Entre los temas en discusión se encuentran las metas de recaudo de la Dian, la posibilidad de un déficit en la recaudación y los ajustes necesarios en la inversión pública.
El Congreso ha mostrado inquietudes sobre las cifras presentadas por el Ejecutivo, generando especulaciones sobre la necesidad de devolver el proyecto para su revisión.
Contexto internacional desafiante
Bonilla destacó que el proyecto de presupuesto se enmarca en un entorno global complejo, caracterizado por la desaceleración económica, las tensiones geopolíticas y una elevada deuda que afecta el crecimiento económico. Según el Ministro, estos factores globales también impactan la economía colombiana, que ha visto un aumento significativo de su deuda pública, pasando del 49% al 61% del PIB entre 2019 y 2020, aunque actualmente se sitúa en el 54% gracias a un esfuerzo fiscal considerable.
El presupuesto para 2025 se estima en $523 billones, con ingresos de $511 billones, un crecimiento del 7,3%, mientras que los gastos aumentan un 3,9%, por debajo de la inflación. El déficit de $12 billones se espera cubrir mediante una ley de financiamiento.
Claridad sobre el gasto de funcionamiento
En respuesta a las críticas sobre el aumento del gasto de funcionamiento, Bonilla aclaró que este incremento no se debe a un aumento en la burocracia, sino a factores como las transferencias obligatorias y mejoras en las condiciones laborales. El Ministro subrayó que el 75% del gasto de funcionamiento corresponde a transferencias, mientras que el personal representa solo el 18% del total.
Bonilla concluyó su columna afirmando que el 92% del Presupuesto General de la Nación está comprometido con gastos obligatorios, lo que limita la flexibilidad para ajustes. Cualquier reducción en el presupuesto, advirtió, podría contravenir mandatos constitucionales.
Distribución sectorial del presupuesto
En términos de asignación sectorial, Bonilla informó que la mayor parte del presupuesto se destina al servicio de la deuda ($112 billones), seguido por educación ($79 billones), salud ($67 billones) y defensa ($61 billones). A pesar de las restricciones, Bonilla aseguró que el presupuesto está alineado con la realidad internacional y cumple con los compromisos del gobierno y las normas fiscales.
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