La Policía de Cali reportó la captura de alias “El Cañonero”, uno de los presuntos responsables de los disturbios ocurridos el pasado domingo en el estadio Pascual Guerrero, durante la final de la Copa BetPlay entre América de Cali y Atlético Nacional. El detenido, quien habría atacado a varios uniformados con artefactos pirotécnicos, fue arrestado en un operativo conjunto con la Policía del Valle, realizado en el municipio de Palmira, en el barrio Primero de Mayo.
El incidente tuvo lugar al finalizar el partido, cuando un grupo de hinchas intentó invadir el terreno de juego de manera violenta, lo que generó caos y obligó la intervención de la Policía. En medio de los disturbios, alias “El Cañonero” habría lanzado artefactos pirotécnicos contra los oficiales, lo que puso en riesgo la seguridad dentro y fuera del estadio. La situación impidió que el partido concluyera con normalidad.
El arresto de “El Cañonero” fue el resultado de dos diligencias de allanamiento que permitieron dar con su paradero. Junto a él fueron capturadas dos personas más, todas en flagrancia. Además de las detenciones, el operativo permitió la incautación de cerca de 600 dosis de estupefacientes, incluyendo sustancias sintéticas, en un punto de venta de drogas desmantelado en la región.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, celebró la captura a través de sus redes sociales, destacando que «quien actúe como delincuente será tratado como tal». Esta intervención, que contribuye a la lucha contra el narcotráfico en el Valle del Cauca, es parte de un esfuerzo continuo por erradicar actividades ilegales en la zona, que ha sido históricamente afectada por el crimen organizado.
Alias “El Cañonero” y las otras dos personas capturadas fueron puestas a disposición de la Fiscalía General de la Nación, que investigará su vinculación con delitos relacionados con el tráfico, fabricación y porte de estupefacientes. Además, el detenido tiene antecedentes por tráfico de drogas y porte ilegal de armas, lo que agrava su situación judicial.
Por su parte, Atlético Nacional, que ganó la final y se coronó campeón de la Copa BetPlay, no pudo celebrar su título de la manera habitual debido a los disturbios. La entrega del trofeo se realizó en los camerinos del estadio, lejos de la tradicional ceremonia en el campo, como consecuencia de los incidentes que alteraron el ambiente en el estadio.